Expande Israel los ataques y deja incomunicada a Gaza

Las fuerzas armadas israelíes anunciaron la noche de ayer que están expandiendo las operaciones por tierra en Gaza, entre reportes del bombardeo más intenso sobre la franja sitiada y una interrupción total de las comunicaciones.

Explosiones de color naranja encendieron el cielo nocturno de Gaza cuando la fuerza aérea israelí pareció desatar su ataque más devastador sobre el enclave, que es hogar de más de 2 millones de personas.

Mientras los estallidos se escuchaban desde las poblaciones egipcias en el Sinaí, dentro de la franja de 42 kilómetros de largo reinaba un silencio estremecedor.

Grupos internacionales pro derechos humanos, agencias de noticias y familias dijeron haber perdido contacto con colegas y seres queridos, en tanto la red social palestina Jawwal y el grupo de observación global Netblocks informaron que servicios como teléfono e Internet fueron cortados. La Media Luna Palestina, principal servicio de emergencia en Gaza, señaló que quedó separada de su sala de operaciones a causa del apagón.

El contralmirante Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, confirmó que han intensificado los bombardeos en la franja sitiada.

Además de los ataques por tierra realizados en días pasados, las fuerzas terrestres están expandiendo las maniobras, indicó, lo que despertó temores de que Israel haya iniciado su muy anunciada ofensiva por tierra. En las horas recientes, intensificamos los bombardeos.

Más temprano, fuentes del gobierno israelí dijeron a The Independent que Israel planeaba aumentar su incursión terrestre en las siguientes 24 horas; sin embargo, precisaron que el plan superaba las acciones anteriores y sería como el modelo sin cuartel de principios de la década del año 2000 en Cisjordania, durante la segunda intifada.

Contra los túneles

El ministro de Defensa israelí comentó que su país está listo para lanzar una larga y difícil ofensiva para aniquilar a Hamas.

Yoav Gallant describió una campaña que requerirá desmantelar una vasta red de túneles usados por los militantes que gobiernan el territorio. Advirtió que la invasión por tierra que vendrá después de semanas de ataques aéreos llevará mucho tiempo y conduciría a otra fase prolongada de batallas de baja intensidad, en la que se destruirán focos de resistencia. Mientras esto ocurre, se reporta que Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Israel para que detenga una incursión total por tierra, ante el temor de que desate una guerra regional al incrementarse la ofensiva aérea a Israel desde Líbano y Siria, donde las fuerzas estadunidenses tienen posiciones militares.

Tel Aviv ha convocado a cientos de miles de reservistas y los ha acantonado en las afueras de Gaza, a la vez que lanza su campaña más intensa de bombardeos aéreos en represalia por el ataque letal cometido por Hamas el 7 de octubre, cuando irrumpió en pueblos, ciudades y comunidades del sur de Israel, donde asesinaron a cientos de personas y capturaron docenas de rehenes, incluyendo extranjeros.

El ejército del gobierno de Benjamin Netanyahu prometió una respuesta sin precedente a un ataque de la mismo índole e impuso un sitio paralizante, que según expertos de la ONU equivale a un castigo colectivo y, por lo tanto, constituye una violación del derecho internacional.

La comida, agua, combustible y los suministros médicos se agotan, por lo que el personal hospitalario han comentado a The Independent que han tenido que improvisar usando insumos alternativos para intentar salvar a la gente.

El Ministerio de Salud de Gaza señaló que han perecido más de 7 mil personas, entre ellas 2 mil 700 niños, y ha publicado una lista de los nombres, edades y números de identificación de cada una de las víctimas. Hay temor de que la cuenta de muertes crezca de manera exponencial si la incursión terrestre se lleva a cabo.

Más de mil 400 personas fueron asesinadas en Israel el 7 de octubre, de acuerdo con el gobierno israelí, y por lo menos 229 rehenes fueron llevados a Gaza.

El número total de muertes excede con mucho la cifra combinada de las cuatro guerras anteriores entre Israel y Hamas, estimada en alrededor de 4 mil decesos.

Naciones Unidas emitió ayer una vez más un llamado desesperado a un cese del fuego, advirtiendo que se verá obligada a suspender su apoyo humanitario si no se permite la entrada de combustible en la franja y no se impone un cese del fuego.

Mueren 54 colaboradores de la ONU

Funcionarios de la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, declaró a The Independent que 54 de sus colaboradores han muerto en los bombardeos en Gaza, y que sus equipos en tierra que sobreviven han tenido que hacer elecciones imposibles entre apoyar a hospitales, panaderías o fuentes de agua.

Médicos en Gaza comentaron que utilizan líquidos de limpieza y vinagre para limpiar heridas y que racionan los anestésicos conforme los suministros médicos se agotan.

Un castigo colectivo contra 2 millones

Medhat Abbas, director del hospital más grande de Gaza, Al-Shifa, comentó que están a 150 por ciento de su capacidad, al albergar a decenas de miles de personas desplazadas, mientras se agota el combustible para operar ventiladores y salas de operaciones, y que trabajan con 40 por ciento del personal porque muchos médicos han muerto, están heridos o fueron desplazados.

Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, expresó: “El sitio significa que comida, agua y combustible –recursos básicos– se utilizan para castigar colectivamente a 2 millones de personas, que en su mayoría son mujeres y niños”.

Alrededor de 1.4 millones de los 2.3 millones de residentes de Gaza han abandonado sus hogares, y casi la mitad de ellos se agolpan en los albergues de la ONU.

Pero cientos de miles permanecen en el norte de Gaza, a pesar de que Israel les ordenó evacuar hacia el sur y dijo que los que se quedan podrían ser considerados cómplices de Hamas.

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